Llega la primavera a Madeira.
Febrero ha sido un mes frío en Europa, que nos ha dejado maltrechos con gripes y repuntes de la crisis que hemos colaborado a construir y que ahora se nos va de las manos. En Madeira, en este recanto de Europa incrustada en el océano Atlántico, la crisis financiera golpea también. La desastrosa gestión del presidente regional ha dejado las arcas maltrechas y como el resto de Portugal, la isla sufre recortes. Pero lo que no se puede cambiar es el benigno clima madeirense, la amabilidad y la simpatía de sus habitantes que como todos intentas esbozar una sonrisa que se enfrente a la que nos está cayendo encima.
Por suerte en Madeira junto a la bondad de su clima la fiesta nunca falta. Y fiesta en Madeira significa fiesta gastronómica. Así que para los afortunados que viajen a Madeira durante el mes de marzo les recomendamos especialmente la Semana del Bosque y del árbol que transcurrirá del 19 al 23. Actos variados tendrán lugar en toda la isla. Por ejemplo en el Parque Ecológico do Funchal, en la FNAC de Funchal. Recorridos guiados por los bosques de la isla, conferencias y talleres y la posibilidad de plantar un árbol son algunas de las actividades de esta semana donde la naturaleza es el centro. Algo que no podemos olvidar por mucho que la crisis nos atenace, ya que la naturaleza supone la garantía de un futuro sostenible. Madeira sabe que su supervivencia social y económica se basa en el cuidado de la naturaleza.
La otra gran actividad se desarrollará el ultimo fin de semana del mes en la localidad de Ponta do Sol, un pequeño pueblecito con una hermosa playa de guijarros volcánicos situado a 25 Km. de Funchal y a la que se llega en poco más de 25 minutos. Se trata de la festa de la cana de açucar. Ponta do Sol, este hermoso pueblo de unos 8.000 habitantes fue fundado en 1420 en los comienzos de la colonización. En las laderas que remontan desde la costa pedregosa y negra se plantó desde el siglo XV la caña de azúcar, primera materia prima importada y base de la ocupación portuguesa de Madeira. De esa tradición varias veces centenaria viene la fiesta que se desarrolla a finales de marzo todos los años. En esa fiesta se podrán degustar los diversos productos que se obtienen de la caña de azúcar: el refrescante zumo de caña, con unas gotas de lima y hielo picado; el azúcar puro, la melaza; los pasteles y dulces; el alcohol de caña, etc…
Todo por su puesto aderezado confiesta, música y animación durante dos días. Música y gastronomía rica, diversa, tropical y conocida, sabrosa y contundente, y todo en un verano suave y continuo. Además marco el entorno salvaje, duro pero humano del precioso y coqueto pueblo de Ponta do Sol.
Disfruten, no se olviden de la crisis, pero saboreen la vida, cada instante.
Boa viagem.
Iñigo Pedrueza para islamadeira.es